Mi cumpleaños!


Como acaba de ser mi cumpleaños estoy organizando una pequeña comidita para festejar, de ahí que me pusiera a buscar el menú indicado para mis invitados y pensé en volver a lo básico:

¿Qué se come en las fiestas infantiles?

Yo comía sangüichitos y ensalada de coditos o ensalada rusa.

Existen mil versiones del sangüich: en rollo, con chile, sin chile, en triangulitos, sin orillas, etc. pero alimentar a la gente con sangüiches me pareció poco adecuado; nadie se llena con eso!
Y la ensalada, pues a mi no me gusta, así que para qué le muevo.

Después llegamos al postre; según yo, lo más fácil y clásico: Pastel y gelatina. Ahí me di cuenta
¡¿Pastel y gelatina?!

¿Quién decidió que el pastel de cumpleaños necesitaba guarnición?
¿Quién pensó que el pastel de cumpleaños se lleva bien con las gelatina!?

En primer lugar el pastel es 100% festivo; es de cumpleaños y es rico y sólo se come en los cumpleaños; la gelatina, en cambio, es comida de hospital.
No hay hospital en este mundo en el que te sirvan pastel en lugar de gelatina, o si?

Creo que es una de las decisiones peores tomadas en la humanidad.

Resulta que a la hora del pastel te sirven todo en un plato desechable pequeñito pequeñito e inevitablemente tu pastel y tu gelatina chocan.
Debido a esta terrible interacción en el platito, la gelatina queda, inevitablemente embarrada de betún y con moronitas de pastel.

Siempre existe la posibilidad de decirle a ti tía encargada de sevir los platitos "yo sólo quiero pastel!" pero en mi casa somos demasiados como para ponernos exigentes, así que la respuesta siempre fue la misma "si no quieres la gelatina, no te la comas" o cualquier cosa por el estilo.

Y nuevamente, el pastel ya es un postre, no hay necesidad de servirlo con otro postre.

Como es mi cumpleaños haré lo que se me de la gana: Hamburguesas y raspados de licor...
Ahora solo falta la parte musical...