A ninguna parte

Estaba acomodándome en la almohada para dormir pero pensé que podía leer un ratito.

Me paré y fui a la sala por mi libro; una antología de Juarroz que me encontré en el librero del cuarto de tiliches.

Me fui pensando en qué más podría leer porque no estoy segura de que la poesía sea un buen género de lectura nocturna después me distrajo pensar que los libros de esta casa se guardan/esconden en el mismo cuarto que más bien es como unagujero de gusano donde se guardan los cuadros de la discordia, llantas de carro,partes de las motos de mis hermanos, electrodomésticos en perfecto estado que fueron reemplazados por nuevos, ropa de invierno, zapatos de escalar, nintendos(para mi todos son nintendos, me gustaba jugar Mario y los de pelear. No se como se llamaban pero en esos no perdía tan rápido), también hay unas lámparas descompuestas desde el año uno que un día alguien va a arreglar, no tengo idea de quien, pero esas lámparas son preciosas y son la herencia que alguna tía de las que nunca conocí dejó con mucho cariño y consideración por la familia porque siempre nos consideró como sus hijos… igual no sirven más que para recopilar polvo.

En ese mismo cuarto se guardan los paquetes industriales de cuanto producto de limpieza se pueda tener así que tiene un olor muy raro. Huele a jabón, a polvo y a libros.

Pensé también en buscar una manera de poder ser contigo que no me intimide, porque resulta que el peor de mis hábitos no es fumar, es desdibujarme cuando más colores debería tener. Cuando más colores tengo en realidad, pero es que meencandilo. Tanta luz intimida.

Pensé en las conversaciones que nos quedan, pensé mucho en ti, en él, en cómo no se parecen, en lo perros, en lo que me dijo Dinx, en qué tanto hablaron de mi.

¿Hablan de mi seguido? ¿Qué dicen? ¿Qué les dice el? A mi me dice que viene.
Que me extraña y que me quiere. Antes decía que venia pronto. Ahora solo dice que sí… que viene… un día.

A lo mejor solo quiere que deje de llorar. Que deje de extrañar, aunque en realidad me parece un poco cruel, porque tal vez decida esperarlo.
Y luego me convierta en la señora loca de los gatos.
Te esperaría para siempre porque vales la pena.
Pero es que la pena no es algo con lo que quiera cargar para siempre.
Otra vez, me desdibujaría… y estoy tratando de dejar mis malas costumbres.
Tu eres de esas.

Regresé de la cocina con mis galletas.
Estaba acomodándome en la almohada para leer un ratito.
¡¡Puta madre, el libro!!


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