1930.
Del meritito Mazatlán.Dice que El sinaloense es más importante que el himno Nacional.
Cualquiera diría que es el hombre más sencillo que ha pisado el planeta (bueno, el estado; hoy no hace falta exagerar). Le gusta despertarse temprano para ir a nadar en la playa; la escuela, sus amigos y regresar a la playa (con o sin ellos). Cuando le da hambre es hora de regresar a la casa para que Tiama (su mamá) le ponga el pescado (que trajo de la playa) a freir y comérselo con frijoles. De postre: dos mangos.
El muchachito es guapo, inteligente y vago como la chingada.
Los fines de se trepa al tren que maneja su papá y se va a Guadalajara a ver a la Lupe; su novia.
Ya todos en la casa descubrieron su rutina pero él sigue inventando historias cada vez más perfectas para que no lo descubran.
La verdad es que Tiama ha hecho de todo (una vez lo amarró en una silla y ahí lo dejó dos días) para que deje sus escapes pero como siempre se las arregla para largarse y salirse con la suya, ya mejor le sigue la corriente.
Me tuvo con el Jsús en la boca todo el tiempo. Ya se me había escapado antes, pero nunca por tantos días.
Pinche mocoso, despues de la madriza que le voy a poner a ver si quiere seguir trepandose a escondidas el cabrón. ¡Hijo de la chingada! Ahorita que regrese vas a ver como lo dejo al pendejo... Dejarlas aquí solas por andar de caliente...
No es para tanto... Mejor déjalo en paz y con el tiempo se le va a pasar. Cuando entre a la universidad va a ser otro, oh verás.
¿Cómo chingados no? Le voy a partir la jeta al cabrón a ver si le quedan ganas de irse queseque a estudiar fuera. Si quiere estudiar, más vale que sea aquí y que sea algo de hombres. Nada de joterías en esta familia.
Continuará...
(huy pero cuánto suspenso!)
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