Mi tía Pavita

Hoy descubrí su nombre: (No; no es Pava) Doña Paula Delia Murguía Ríos.

Chaparrita, Morenaza y con los ojos más grandes y negros que he visto.

De esas personas a las que se les ve la inteligencia en la cara pero no el sentido del humor (auque sí esté ahí).

Me acuerdo de andar en su casa en un triciclo rosa (claaaro que era rosa; igual que mi carretilla y la playerita de "pipo") dando vueltas en el patio central al rededor de una fuente de cantera o por todos los pasillos metiéndome a todos los cuartos prohibidos; buscando tesoros en el ropero (sí, tenía un ropero. Muy grande, color cremita con un grabado dorado de flores en la parte de arriba. padrísimo) y escondiéndome para que no me regañaran.

En uno de los cuartos había una cajonera (que a los 4 años me parecía muy alta) y hasta arriba, sobre una "carpetita", un platito de cristal con dulces de rompope que me ENCANTABAN (eso y un tres leches incrible que hacía para los cumpleaños especiales). Así que yo abría los cajones para escalar y alcanzar mi tesoro; ya con mi dulce (porque sólo agarraba uno) y de vuelta en mi triciclo salía despavorida directo al patio de la casa a sentarme en la fuente a comerme mi dulce y meter los dedos en las jaulas de los pericos.

No sé bien cuántos años tenía (pero ya no estaba el triciclo) cuando empecé a sentarme con los grandes (Nunca he sido popular entre mis primos, así que me tenía que entretener de alguna manera que no implicara convivencia con ellos). Pasaba horas enteras entre puros viejos que hablando de todo y nada al mismo tiempo de gente que no me ha tocado conocer (y siguen siendo tema de conversación), de política (por decir algo original), de caballos, canciones, mangos y Mazatlán. (yo no opinaba, claro. Me gustaba escuchar; siempre me ha gustado)

Todo mientras se tomaban una reglamentaria botella de tequila (mi abuela tomaba rompope, que hermosa, no?).

Su casa olía a polvo, tequila y fuente.

Hoy se muriío mi tía Pavita (tenía mucho tiempo sin verla y la voy a extrañar).

Ayer no me había dando cuenta de lo mucho que la extrañaba; hoy me hubiera gustado poder despedirme.

Adiós tía. Siempre fuiste la preferida.