Siendo

Hoy soy triste.
Un idiota manantial de lágrimas que no he podido apagar desde que no se despidieron de mi con todo y lentes oscuros para que no se me viera el dolor.
Y así voy a ser unos días y poco a poco voy guardando intensidades para la soledad, para la noche, para canciones, para momentos; hasta que me vuelva a acostumbrar a mi tristeza permanente y deje de sentirse, hasta que aprenda a reirme de mi otra vez. Dura poco.

Manejar es complicado, y los kleenex (en un tubito- qué mala idea) que dejaron atrás me asustan cada vez que acelero y chocan con el cristal. Los voy a bajar de ahí cuando se lo merezcan.

Ahora las alfombras son una evidencia de que ya no están y verlas limpias solo me hizo pensar que la próxima vez que las pisen, tal vez ya no les parezca adecuado tirar ahí el chocolate.

Soy horrible para despedirme por eso mejor no dije nada.

Esto va mal desde el día que descubrí que no se iban a quedar, que esto era solo un recordatorio de que no están.

0 comentarios: